Y me hacía falta sonreir sin pedir permiso, respirar sin aogarme con mi propio vacío, me hacia falta esperar horas y horas a que algo pasara, me hacia falta el no obtener todo al instante, esforzarme por mis deseos, impartir mis mejores actitudes. Me hacía falta esperar un ratito a que llegaras y charlar por horas, sentir tu cabeza en mis piernas y el dorado de tu cabello acariciando mi mejilla. Me hacia falta verte, descansar en los sueños que se habían perdido entre tus manos. Te extrañaba, aunque no lo supieras. Te extrañaba tanto que cada vena explotaba en alegría.
Como un papel verde china que se destinta cuando el alcohol entra por sus entrañas, así entraba tu olor a mi nariz... Te extrañaba, te extraño.
