martes, septiembre 08, 2009

Ocho de Septiembre de 2009

Y en tí encontré las palabras
en donde poder hundir mis caricias,
agasajarme con la idea de tú.

No era mucho, poco, o nada.
 Pero si suficiente para que "eso" me bastara,
respiraba entre tus viceras,
 me antragantaba de tu corazón,
mientras las gotas de néctar te recorrían...
Tu piel brillaba, y te reías del dolor.
Me agasajaba con el calor de tus labios,
y te llené de pintura,
a veces amarilla, a veces azul,
 de cuando acá púrpura,
 aguamarina,
pero rojo era nuestro propio color.
En fin... Te pinté como yo quería.
 Y por si fuera poco,
y para que dudas ya no te quedaran mas:
Me juré, te juré y nos juré, que te amaría.
Desde entonces hemos vuelto aquí,
hemos vuelto a seguir juntos,
 a jugar al escondite por allí
a perdernos completamente en la nada,
y yo a soñar como si jamás despertara...
Aprendí a odiarte sin querer,
y a quererte queriendo.
Porque despues de todo,
 al fin y al cabo,
 consiguiente de todos los tiempos,
 creo que nos estamos entendiendo.
 Entre golpe y verso,
que de cuenta a cena no he podido borrar,
 todo lo que te dije y nos dijimos;
tanto en que caímos sin pensar en cómo continuar...




Y ya no supe qué pensar, decir, o cómo actuar...