viernes, noviembre 06, 2009

Sueño púrpura. (ella)

Ella está cansada de lo mismo. Ella está cansada de sentir como sus deseos se hacen líquidos y se resbalan poco a poco entre sus manos.


Ella comienza a no querer, a no quere nada. Insiste en lo que de verdad desea, en lo que de verdad adora, en lo que de verdada ama; pero las cosas ya no son así tan sencillas como antes: Ya no se trata de quitarle un dulce a un bebé, sino de regalarle toda una paletería.


"Y no es cierto lo de las lámparas, eso yo ya lo intenté" Suele decirse cada vez que sueña con algo imposible.


Dice también que no existen las eternidades, y la solución le da tanta lástima que al mencionarlo rompe en llanto.


De unos días acá ella había soñado y resoñado tanto que su mes de noviembre ya parecía un febrero de amores primaverales.


Pero las cosas no son así. "La gente no es buena" se vuelve a sí misma y se encierra. Y olvida a sus amigos, olvida a todos, se olvida a sí y se queda varada en un agujero sin salida, sin luz, sin densidad, sin energía, sin vida, sin nada...


Un día, dos, tres meses... La cuenta no termina y sale, se vuelve eterna. Lleva encerrada eso: Una eternidad. Se encontraba tratando de salir desde antes, pero se olvidó de todos, de todo. Y cuando eso pasa ni hablar queda.


Sus gritos nadie los escuchaba.


He aprendido-Dijo- "Las cosas no se cambian, no puedo cambiar mi nariz, ni a una persona, ni a la gente, ni al planeta, ni al universo, ni los pensamientos, ni las creencias, ni nada de nada, sólo podría cambiarme yo... Y aún tengo la desdicha de no saber cómo hacerlo, no puedo/quiero querer'te" Y se derritió llorando.


Mira al cielo y con desesperación encierra y aprieta con su puño una nube. Triste, pobre... De qué le servía despertar si volver a la vida le carcome el alma?


Ya no encuentra una salida, ni ha llegado ni a podido, ni a deseado a su lámpara otra vez, con ese deseo con ese aferro, con ese coraje, con esas fervientes ganas de tener lo que quiere. Ya no, la soñadora ya no lo hace porque se le olvidó soñar.


Se le olvidó que el cielo era rojo con amarillo y verde, pero aún no estaba terminado y el lienzo era color azul turquesa. Se olvidó de que su mirada era el pincel que iluminaba su vida -nuestra vida- se olvidó de que el cielo era lo único, de verdad lo único que nunca se caería, por que ella había bordado las nubes con sus pestañas y dibujado la luna con sus dedos; puesto diamantes a las estrellas y endulzado cada planeta con el más fino caramelo.


Lo había hecho ella. Lo hizo por el mundo, para sí, para todos, [u]para él.[/u]


Pero esque ella era una soñadora, una enamoradiza, una tonta, una boba y ya no le gustaba.



La soñadora se olvidó de soñar.


Ella ya no sueña,

ella ya no ríe,

ella ya no crea,

ella ya no pinta,

ella sólo llora,

llora y ol-vida...