domingo, noviembre 15, 2009

Fantasmas

-Es difícil-

-Sí. Lo es pero sigues aquí, conmigo. Aléjate ya.-.



Cuando un escalofrío como un rayo incandescente te recorre el cuerpo entero, desde la punta de los pies sube por tu tobillo y es como si te clavara un tornillo hasta el hueso más pequeño. Llega a las piernas y sube cosquilleante, con timidez toca los muslos y los aprieta y retuerce de dolor; sigue por la yugular luego cubre y retoca cada vertebra de la columna y se detiene y hace que el cuerpo se estremezca... Eso me sucede. Me pasa cuando entre la brisa escucho susurros de voces que ya no me hablaban, pero los escucho, los siento repetir mi nombre dos o tres veces seguidas... En pausas. En destellos de luz, en segundos atropellados por mi locura. Eso me duele.

Me hablan cuando no deben hacerlo. Estoy loco, estoy loco porque juro y prejuro que yo no los maté. Que sólo fueron amores que quedaron desterrados de mi tierra, de mi sentir, alejándolos de mis pasiones. Amores que olvidé prometiéndo que no lo haría, talvez a eso le llamaron morir.

Pero cómo hablarles?! Si me congelan la boca. Me parten los labios, me tumban la dentadura.

Cómo desmentir mis mentiras? Si después de todo fueron dichas... Son fantasmas que me siguen, y se que me seguirán... No los culpo, yo estuve allí. Los acuchillé con las palabras más frivolas, y los llevé a la vida cuando más lo deseaban.
Los maté y rematé... Pero qué va?! soy un loco insensato. Total, un loco de amor y nada más.