sábado, octubre 31, 2009

Final

Puedo hablar?
Podrías permitirme unos segundos sólo para, digo, decirte algunas cosas que han estado pasando en la cifras de días iguales a un último mes de febrero visiesto?
He soñado, con tan ferviente deseo que ni yo pude imaginar ser tan pasionista, el hecho de estar aquí. Contigo. Y que sin escuchar tu voz o tu respiración cuando miro tu plumón presionando la hoja de papel me doy cuenta de lo que por tu mente sucede.
He querido muchas cosas, pero al final decidí desechar más de la mitad de todas.
Me volví en la indecisión en vida; queriendo no serlo me transformaba en un monstruo incenstado sin corazón y sin alas de ángel... Porque las alas de ángel, como las que tu tienes, no quedan con todo mundo, no quedan con quienes no las cuidan, no quedan con quienes no las aceptan... Pero yo quería mis alas de ángel, y en un instante me regalas las tuyas.
-Pero las necesitas...-
-Ya no más. Son tuyas, tú eres mi ángel-
He sido una egoísta y de vez en cuando idiota... Pero ese es uno de los deberes de la vida, quién no sería humano sin ser llamado idiota?
Hay demás, de que sólo era aprender de la vida, mi vida.
Soy una necia. Soy tan necia como un toro bronco -aunque no encuentre poesía en lo que estoy diciendo- No quise/quiero ser tan común que nadie me reconozca, no quiero que mi locura sea la misma de todas; el travieso siempre es un loco, pues traviesas son las ideas que me vuelven loca.
No quise resignarme a olvidar después de todo, escucho tantos consejos de mi alma mas no soy atenta ni a la mitad. Pero esque insisto, soy una necia... Por eso, por eso sin querer pienso en tí.
Por eso sin querer ahora estás aquí.
Y hoy, que descubro que no me gustan los finales de mes, me doy cuenta de que mi otoño fue robado. Mi otoño; ese otoño que tanto me gustaba, regresó más dorado y fresco que nunca... Más adorado por mí, más que cualquier otra cosa que me podría gustar en esta extraña tarde de 31 de octubre.
Tú brisa, ah.. Tú brisa. Sólo está hoy, en esta pequeña tarde donde sin culpa, la he podido respirar y olvidarme de todo lo demás...
Nosé qué eres, ni qué haces aquí, pero para mí eres un puñado de palabras por ordenar, el punto y final de una historia que hoy me decido a continuar.