jueves, septiembre 17, 2009

NECESIDAD.

El corazón le palpitaba, como las manecillas de un reloj que jamás se detiene.
Seguía su camino, y contaba los pasos que daba de aquí al universo, de aquí, al pisar cada grano de arena que se atravesaba por sus pies... De aquí, a la playa de su amanecer.

Un tono de amargura llenaba su rostro, su mirada levantada al cielo, las estrellas desaparecian poco a poco, y la luna cubría toda la superficie. Sus cabellos de miel se revoloteaban por el aire, el viento soplaba la brisa, y la brisa se tragaba su saliva...  Sus labios secos exigian el agua del mar no importaba que la sal los quemara: La necesitaba.

Tenía en su mirada a la luna, la luna estaba ahí... Llamando, su voz me retumbaba en la cabeza, como si quisiera que mirara hacia atrás, pero no eras tú, ni era yo, ni nadie mas. Era la tramposa luna jugando con mis pensamientos.



Si alguien ama a una flor y no existiese más que un solo ejemplar en millones y millones de estrellas, esto es motivo suficiente para que ese alguien...se sienta feliz cuando la mira. Se dice: "Mi flor está ahí, en alguna parte...". Pero si el cordero se come la flor, para él es como si de repente todas las estrellas se apagarán...